Ronda de Atocha, Paseo del Arte, Madrid

La reforma amplia los límites de la vivienda, recuperando y haciendo habitable el espacio utilizado tradicionalmente como trastero. El proyecto materializa la luz en todos los espacios. 

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La reforma realizada en edificio característico de ladrillo caravista del centro de Madrid del año 1900.

La vivienda estaba formada por varias dependencias de pequeño tamaño, con un salón actuando de distribuidor, dando acceso a todas las piezas. La reforma inmediatamente anterior no había respetado los elementos originales y algunas habitaciones no tenían luz natural directa.

Las dos premisas con las que nace el proyecto es dotar de luz natural a todas las estancias, aprovechando su doble orientación este-oeste, sin perder el núcleo central del salón como elemento comunicador. A lo que se suman dos prioridades de la propiedad: lograr el mayor confort térmico en la última planta del edificio con cubierta directa y recuperar el valor de los materiales.

Durante la reforma se retira toda la tabiquería, preservando el muro de carga central y aprovechando los huecos existentes en el mismo para adaptar la distribución a las necesidades actuales. Un salón que distribuye a una cocina integrada con el comedor y a un dormitorio principal con vestidor y baño integrados. Desde el salón, también nace la escalera de acero inoxidable continuo, que es la pieza central de la reforma. En la planta superior, y comunicando con el salón a través de grandes tabiques de vidrio, un segundo dormitorio con vestidor, zona de biblioteca y baño.

En la intervención se realizó un minucioso trabajo de lijado con las vigas de madera carbonizadas, consecuencia de algún evento pasado. Posteriormente, se trataron con ceras para recuperar su belleza natural. El suelo de tablones desiguales del sobrado fue sustituido por una tarima maciza que hace las veces de techo visto en la planta inferior y de suelo en la planta superior. El acero inoxidable de la escalera y la barandilla tiene su prolongación en el rodapié continuo de la vivienda.

El requisito de confort térmico fue resuelto mediante un aislamiento mixto de extrusionado y lana mineral bajo la cubierta del edificio y en el trasdosado de las paredes, junto con un sistema de aerotermia con suelo radiante-refrescante en la planta inferior y fancoils en la planta superior. Un suelo que permitiera la correcta inercia térmica, en línea con el diseño de la vivienda, se logró mediante un pavimento hidráulico.

El resultado es una casa singular, tanto en el enfoque, como en los materiales, con una calidez que acoge.

 

Ronda de Atocha, Paseo del Arte, Madrid

La reforma amplia los límites de la vivienda, recuperando y haciendo habitable el espacio utilizado tradicionalmente como trastero. El proyecto materializa la luz en todos los espacios. 

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La reforma realizada en edificio característico de ladrillo caravista del centro de Madrid del año 1900.

La vivienda estaba formada por varias dependencias de pequeño tamaño, con un salón actuando de distribuidor, dando acceso a todas las piezas. La reforma inmediatamente anterior no había respetado los elementos originales y algunas habitaciones no tenían luz natural directa.

Las dos premisas con las que nace el proyecto es dotar de luz natural a todas las estancias, aprovechando su doble orientación este-oeste, sin perder el núcleo central del salón como elemento comunicador. A lo que se suman dos prioridades de la propiedad: lograr el mayor confort térmico en la última planta del edificio con cubierta directa y recuperar el valor de los materiales.

Durante la reforma se retira toda la tabiquería, preservando el muro de carga central y aprovechando los huecos existentes en el mismo para adaptar la distribución a las necesidades actuales. Un salón que distribuye a una cocina integrada con el comedor y a un dormitorio principal con vestidor y baño integrados. Desde el salón, también nace la escalera de acero inoxidable continuo, que es la pieza central de la reforma. En la planta superior, y comunicando con el salón a través de grandes tabiques de vidrio, un segundo dormitorio con vestidor, zona de biblioteca y baño.

En la intervención se realizó un minucioso trabajo de lijado con las vigas de madera carbonizadas, consecuencia de algún evento pasado. Posteriormente, se trataron con ceras para recuperar su belleza natural. El suelo de tablones desiguales del sobrado fue sustituido por una tarima maciza que hace las veces de techo visto en la planta inferior y de suelo en la planta superior. El acero inoxidable de la escalera y la barandilla tiene su prolongación en el rodapié continuo de la vivienda.

El requisito de confort térmico fue resuelto mediante un aislamiento mixto de extrusionado y lana mineral bajo la cubierta del edificio y en el trasdosado de las paredes, junto con un sistema de aerotermia con suelo radiante-refrescante en la planta inferior y fancoils en la planta superior. Un suelo que permitiera la correcta inercia térmica, en línea con el diseño de la vivienda, se logró mediante un pavimento hidráulico.

El resultado es una casa singular, tanto en el enfoque, como en los materiales, con una calidez que acoge.